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SILVARITA COLABORA CON EL HOSPITAL UNIVERSITAT DOCTOR JOSEP TRUETA DE GIRONA

Los que me conocéis, sabéis que siempre intento ser discreta con mi vida personal pero, esta vez, creo que es importante explicar un hecho relevante de mi infancia para que entendáis el motivo por el que he llegado hasta aquí.

El verano que celebraba mis 4 años, mi familia y yo veraneábamos en Roses, un lugar muy bonito de la Costa Brava.

Después de un día de playa me empecé a encontrar mal. Tengo ligeros recuerdos de los síntomas a pesar de mi corta edad en aquel momento. Mis padres, restaron importancia pensando que seguramente había tomado demasiado el sol jugando en la playa. Al cabo de un rato perdí el conocimiento. Mi padre, me llevó en brazos hacia la recepción del hotel donde nos alojábamos y allí me atendió un médico. Enseguida nos envió al hospital de Figueres. Una vez allí, yo todavía inconsciente y sin que nadie supiera qué me pasaba, nos trasladaron urgentemente al Hospital Dr. Trueta de Girona.

Mis padres a día de hoy todavía recuerdan con qué rapidez nos atendió la médica del Trueta y de qué manera gestionó todo el equipo médico para averiguar qué demonios me estaba pasando.

Finalmente me diagnosticaban una meningitis que me hacía luchar entre la vida y la muerte y con los más positivos de los casos, si salía de esta, perdería el oído o la vista. Después de 15 días ingresada, salía recuperada al 100%. ¡El equipo del Hospital Dr. Trueta me había salvado la vida!

Después de despertarme, aunque no lo parezca, recuerdo muchos momentos en el hospital, la mayoría de los cuales hacen referencia a buenos ratos que pasé y los que todo el mundo velaba para hacer de la estancia en un hospital, algo un poco más agradable. Equipo de 10 y atención inmejorable!

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Los que me conocéis, sabéis que siempre intento ser discreta con mi vida personal pero, esta vez, creo que es importante explicar un hecho relevante de mi infancia para que entendáis el motivo por el que he llegado hasta aquí.

El verano que celebraba mis 4 años, mi familia y yo veraneábamos en Roses, un lugar muy bonito de la Costa Brava.

Después de un día de playa me empecé a encontrar mal. Tengo ligeros recuerdos de los síntomas a pesar de mi corta edad en aquel momento. Mis padres, restaron importancia pensando que seguramente había tomado demasiado el sol jugando en la playa. Al cabo de un rato perdí el conocimiento. Mi padre, me llevó en brazos hacia la recepción del hotel donde nos alojábamos y allí me atendió un médico. Enseguida nos envió al hospital de Figueres. Una vez allí, yo todavía inconsciente y sin que nadie supiera qué me pasaba, nos trasladaron urgentemente al Hospital Dr. Trueta de Girona.

Mis padres a día de hoy todavía recuerdan con qué rapidez nos atendió la médica del Trueta y de qué manera gestionó todo el equipo médico para averiguar qué demonios me estaba pasando.

Finalmente me diagnosticaban una meningitis que me hacía luchar entre la vida y la muerte y con los más positivos de los casos, si salía de esta, perdería el oído o la vista. Después de 15 días ingresada, salía recuperada al 100%. ¡El equipo del Hospital Dr. Trueta me había salvado la vida!

Después de despertarme, aunque no lo parezca, recuerdo muchos momentos en el hospital, la mayoría de los cuales hacen referencia a buenos ratos que pasé y los que todo el mundo velaba para hacer de la estancia en un hospital, algo un poco más agradable. Equipo de 10 y atención inmejorable!

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