En casa mis padres casi siempre hay un jamón en la cocina, ya que por temas laborales, Guijuelo es como una segunda casa para nosotros.
Los cuchillos siempre habían sido intocables … ya que cuando me veían cortar jamón (soy zurda) se ponían las manos en la cabeza y me decían: “deja, ya lo hago yo que todavía te cortarás” y así cada día…
Hace tres años, visitando un fabricante de jamones en Ávila entré en una sala blanca y vi unos chicos cortando jamón a mano y me dijeron: “¡Tienes que aprender a hacer eso!”.
Al cabo de unos días me instalaba un par de semanas allí para aprender cortar jamón.
Para intentar ganar seguridad a la hora de asistir a eventos, un cliente me dejaba ir a su bar los sábados y iba a cortar jamón durante los desayunos y algún tutorial de Youtube también había caído.
Seguramente hace unos años, cortar jamón consistía en ponerlo en el plato y aquí se acababa la historia. A día de hoy se valora cada corte, cada plato, cada herramienta utilizada, tantas cosas que incluso hay concursos a nivel nacional.
Hace casi medio año conocí a la Asociación Catalana de Cortadores de Jamón (https://www.actp.cat/), una asociación, formada por un grupo de profesionales de toda Cataluña que hacen virguerías con los cuchillos.